Soledad y decadencia frente a la copa cómplice |
Durante la "Belle Époque", París y su bohemia alucinaron con la bebida de ajenjo conocida como absenta que reinó en Montmartre y el Moulin Rouge.
Henri de Toulouse Lautrec, Edouard Manet, Edgar Degas, Paul Gauguin, Vincent Van Gogh, Pablo Picasso, son sólo algunos de los pintores que además de sucumbir a los efluvios alucinógenos del ajenjo, le dedicaron numerosos trabajos. La música, los carteles publicitarios, el cine y, en general, todas las formas de expresión artística rindieron culto y tributo a esta bebida.
Picasso, 1901 |
Su innegable atractivo, sedujo a nuestro autor F. R. Mayoral que pintó su copia facsímil en 1998.
A principios del siglo pasado, se bebían en Francia millones de litros de absenta al año y era, de todos los licores disponibles, el más consumido entre los parisinos. Pero no sólo París conoció las “bondades” de la absenta; también en Buenos Aires, se bebía en los círculos intelectuales, y no faltaron las letras de tango que le cantaron al elixir mágico, conocido como "el hada verde" por sus efectos psicoactivos y estimulantes de la imaginación y la creatividad.
Óleo sobre táblex (enmarcado)
Formato: 64x49 cm
Tamaño enmarcado: 72,5x57,5 cm
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4 comentarios:
Me encanta este cuadro y todo lo que evoca...
Fantástico!
Coincidimos, querido/a anónimo/a. Especialmente en lo que concierne a todo lo que evoca. Gracias.
Es una obra sumamente atractiva, Francisco Rodríguez Mayoral, que supiste captar con gran delicadeza y acierto. La obra habla por sí solla y tú nos la relatas espléndidamente en el blog. Un abrazo.
Muchísimas gracias, amigo Teo. Fuerte abrazo.
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