"Maceta", aprovechando restos en la paleta, 1999 |
Desde muy pequeño aprendí que "en casa del pobre se aprovecha todo". Quizá por el profundo arraigo que en mi sensibilidad encontró ese aforismo materno, heredado de mi refranera abuela, siempre me ha dado mucha pena desperdiciar los restos de pintura que inevitablemente quedaban en mi paleta al finalizar cualquier cuadro.
Por ese motivo, adquirí la costumbre de aprovecharlos en formatos de mínimas dimensiones, pintando lo primero que me venía a la cabeza, según los tonos predominantes en las "sobras", a las que, por supuesto no añadía ningún otro color para no eternizar el ejercicio. A este tipo de pequeñas obras las denominé genéricamente "caprichos".
En este caso, fue una pequeña tabla de 12,5x18 cm, residuo de una caja de vinos desarmada, la receptora de la florida maceta que muestra la deficiente fotografía.
Como en otros casos, se mantuvo en mi poder el tiempo justo del secado, porque una de mis hijas se enamoró y apropió de él de inmediato...
Óleo sobre tabla.
Formato: 12,5x18 cm
No disponible.
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