Luz del mediodía, brisa marina que ondea en falda y banderas... dulce espera |
Ella, asomada al balcón abierto de par en par, frágil frontera entre lo externo y el interior, ha abandonado en ese momento congelado el espacio de soledad íntima, buscando la emoción contenida de experimentar la serena y dulce espera. La llegada de quien utilizará otra taza para acompañar con nuevo calor la que reposa en la mesa. Mientras, ella percibe con pasión el aroma marino del aire y el latido de la vida circundante.
Debemos la esencia de la descripción precedente, acerca de la escena de la pintura, a una amiga enamorada de este cuadro sencillo, pero amable y lleno de luz y belleza. Seguramente algo así es lo que me llevó a pintarlo en el año 2000, creo que recreando una obra de Raoul Dufy, aunque, ahora, el tiempo transcurrido nos hace dudar.
Espero que el espectador comparta que este cuadro, indudablemente "fauve", tiene algo que cautiva. Una suave fuerza que emana de su serenidad y la armonía de la luz y colores. Sin duda es uno de mis favoritos.
Óleo sobre lienzo (enmarcado)
Formato: 33x22,5 cm
Tamaño enmarcado: 46x35,5 cm
No disponible.