Nada como el surrealismo para plasmar sueños y deseos inconscientes. |
Cualquier intento de explicar este cuadro estaría condenado al fracaso por los límites que el lenguaje impone a la imaginación poética condensada en una metáfora. Para nuestro autor, Francisco R. Mayoral, pudo tener un origen íntimo y subjetivo que le llevó a plasmar su ingrávida ambición, desdoblándose en observador y observado, al proyectarse simultáneamente en los dos personajes que aparecen, en el exterior y en la única ventana iluminada.
El cielo, cargado de nubarrones y potencialmente opresivo, no impide que del conjunto de la obra emane una especial y reposada emoción de equilibrio estético.
Aunque, en definitiva al margen de la intimidad del autor y sus motivaciones, lo único que cuenta es la percepción y sensaciones del espectador que contempla este onírico paisaje desde su propia vivencia personal.
Óleo sobre táblex (enmarcado)
Formato: 42x35 cm
Tamaño enmarcado: 50x42,5 cm
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