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Francisco R. Mayoral, como padre de tres hijas, quedó profundamente conmovido por el alma que se asomaba a los bellos ojos de esa niña afgana que, con sólo 12 años, ya había olvidado cómo jugar, después de que su país natal fuese invadido por el ejército soviético y una bomba acabase con la vida de sus padres. La instantánea fue obtenida durante su éxodo en el campo de refugiados donde la halló el corresponsal gráfico.
Durante meses, una reproducción de la fotografía colgó del caballete de Francisco, junto a un lienzo en blanco. La copia que contemplas, en óleo sobre tela, es la consecuencia y resultado final del esfuerzo por superar el respetuoso pudor que esa intensa mirada imponía a sus pinceles.
Óleo sobre lienzo con bastidor
Formato: 41x33 cm
No disponible.
3 comentarios:
Francisco sigo descubriendo tu pintura ,es un tipo de pintura que me gusta ,me ha llamado la atención sobre todo los ojos verdes de la niña del national lo vi junto a la chimenea cuando estuvimos, otro cuadro que me gusta es el de la mesa muy rico en color.
Un saludo.
Has reproducido la fotografía maravillosamente, qué maravilla!
Agradezco mucho tu comentario, Inmaculada. Fue uno de los retos más difíciles que me he planteado, puesto que la pintura debía captar el alma de la mirada de esa niña, además de formas y colores. Si me he acercado a ello, me siento feliz. Abrazos.
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